Los lanzamientos del 2017 que me hicieron el año

Con el final de diciembre llegan innumerables posts que prometen recopilar los mejores lanzamientos del año. Algunas veces basta con chequear una para darse la idea del plano general, de los "grandes favoritos" entre los que no hay demasiado de dónde escoger. El 2017 dio la casualidad que le puse especial atención a algunos lanzamientos del año, pero —como para sentirme más única y especial de lo que soy— la mayoría de los que agregué a mis favoritos no figuraban en ninguna lista. ¿Será porque la novela gráfica no cuenta en estas selecciones? ¿Porque nadie se toma en serio la literatura infantil? En fin, algo de eso debe haber.

A continuación los libros que me hicieron el año.  Trigger warning: aquí no está Cercas, Marías ni Pérez Reverte, no soy tan cool. 

NARRATIVA

En esta categoría resalto Volver a casa de Yaa Gyasi. La primera novela de Gyasi nos lleva a la costa africana para conocer a Effia "la bella" y Esi, dos hijas de una misma mujer y padres de distintas etnias cuyos destinos deciden desde el primer momento que nunca llegarán a conocerse. Volver a casa sigue el acontecer de ambas ramas familiares a lo largo de siete generaciones y con ello no solo introduce voces diferentes y vidas desgarradoras, sino que nos presenta acontecimientos históricos que van desde las guerras tribales hasta la actualidad. Tan dolorosa como necesaria, esta novela es la historia de aquellos que no tuvieron oportunidad de escribirla.

Una mujer desposeída de Shobha Rao, por su lado, es la primera selección de cuentos de la autora y nos presenta fragmentos de vidas rotas a partir de la separación del subcontinente indio en dos países: Pakistán e India. Las historias de Rao son asfixiantes y sus protagonistas, niñas esposas, prostitutas y criadas, no fallan en entregarnos cuentos que no puedo comparar con nada que haya leído antes.

NO FICCIÓN

Querija Ijeawele: cómo educar en el feminismo de Chimamanda Ngozi Adichie es la respuesta de la autora a una amiga suya que desea educar a su hija en el feminismo. Este manifiesto supera a su antecesor Todos deberíamos ser feministas y se convierte automáticamente en la mejor introducción que he leído para ponerse las gafas violeta. Por otra parte, Buenos días, Guapa de Maxie Wander gira en torno a la vida de diecinueve mujeres en la RDA, el estado socialista de Alemania Oriental que existió durante la Guerra Fría. Aunque sus historias no están relacionadas a la guerra sino más bien a la cotidianidad de los sueños o temores, la cualidad que tiene Wander para que al leerla una pueda casi escuchar los testimonios recogidos me hizo recordar a Svetlana Aleksiévich. Sí, así de bueno.

LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL

La tremenda artista detrás del diseño de colecciones como la Clothbound Classics Series o Penguin English Library —stalkeen su página, no tiene pierde—, Coralie Bickford-Smith, decidió publicar su primera novela y el resultado es la bellísima fábula ilustrada El zorro y la estrella. Bickford-Smith no solo logra consagrarse en el arte gráfico, sino que crea una historia lindísima sobre ir más allá de lo conocido y retarnos a nosotros mismos. Sí, que no es un tema nuevo, pero la propuesta de la inglesa busca salirse del molde y lo logra. El otro libro de esta sección se trata de Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes de Francesca Cavallo y Elena Favilli. Planeta puso la pauta con este fenómeno editorial y no han tardado en salir más publicaciones de este tipo. Partiendo de un proyecto que se convirtió en viral, este libro busca revalorar el papel de algunas importantes mujeres en la historia contando sus proezas a modo de cuento infantil.

LITERATURA PERUANA

En esta sección sí coincido con las selecciones que he leído. Este 2017, solo cuentos. Empiezo con Aquí hay icebergs de Katya Adaui, libro que revela cuento a cuento la versatilidad de su autora. Adaui reta a su lector  y lo introduce en incómodas atmósferas, familias disfuncionales y una violencia silenciosa que no falla en retratar lo más oscuro del ser humano. Por otro lado, el hilo conductor de los cuentos de ¿Qué tengo de malo? es Macarena desde que es una niña hasta su adolescencia. De este libro me quedo con lo genial que es María José Caro para decir tanto con tan poco, un talento que recae en su sutileza y buen pulso para describir en escasas páginas sentimientos tan fuertes como los que invaden a Macarena en su pequeño gran mundo. Leerla me hizo pensar en mi infancia y en cómo duele tanto todo cuando somos niños.

Finalmente, Cuentos heridos de José Carlos Agüero e ilustrado por Andrea Lértora es de esos libros que te vienen a la mente al pensar en el perfecto equilibrio entre el texto y el arte. Construido en base a breves cuentos e imágenes a tinta negra, Cuentos heridos reimagina los cuentos infantiles bajo una mirada oscura, cargada de violencia y cierta resignación. Este libro inquieta, golpea y puede hacer sentir a su lector un poquito más solo.

NOVELA GRÁFICA

El que se fue ha sido un año increíble para la novela gráfica. Empecemos con el clásico de este blog—y mi corazón—: El Capítulo 7 de Saga de Brian K. Vaughan y Fiona Staples. La perfección hecha cómic, dejo la reseña por aquí y mi entera recomendación por decimaoctava ocasión. Como nos tiene acostumbrados, Norma se lució al publicar la introducción a la que promete será una de mis series favoritas: Rat queens. Violencia, setas alucinógenas, visibilidad y un arte fantástico han hecho que me enamore de las protagonistas de Rat queens y esté pendiente de la llegada del volumen 2, Los largos tentáculos de N'Rygoth. Mención honrosa para el segundo tomo de The wicked + the divine: Fandemonium. Kudos for Norma.

De Bitch planet: máquina extraordinaria ya he escrito por aquí así que no me extenderé, pero fue de las traducciones más esperadas del año pasado y su continuación promete. Por su lado, Dibukks nos trajo los dos tomos de Valerosas de la francesa Pénélope Bagieu. Estas novelas gráficas reúnen en formato cómic la historia de grandes mujeres de la historia, muy en la onda de Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes quizás con un toque más adulto. Por último se coló Las cien noches de Hero de Isabel Greenberg, y no podemos agradecerle lo suficiente a Impedimenta por editar a esta autora. Este y el otro libro suyo que he leído, La enciclopedia de la tierra temprana, son preciosos homenajes al arte de contar historias y el poder que estas tienen. Las cien noches de Hero consolida a Greenberg como una narradora extraordinaria y una de mis autoras favoritas.

REEDICIONES

Empecemos con uno de los indiscutibles protagonistas del año: El cuento de la criada de Margaret Atwood. De la mano de una esperada reedición de Salamandra, este clásico contemporáneo volvió a las escaparates de las librerías y lo hizo a lo grande. Si alguien aún duda que la visibilidad de autoras es todavía un trabajo en proceso, el hecho que este libro estuviera descatalogado por años debería ser prueba suficiente. Otro es el caso similar es el de los libros de Chimamanda Ngozi Adichie, que por lo menos de este lado del charco eran difíciles de conseguir hasta las reediciones de Literatura Random House. A diferencia de los libros del sello, estos tienen ediciones rústicas, por lo mismo más económicas, un diseño fantástico y nuevos prólogos. Por ahora solo he leído Algo alrededor de tu cuello y me ha encantado, no queda excusa para no leerla.

Con la llegada del pasado diciembre los anaqueles de las librerías se pusieron a tope con el libro de nuestro mago favorito que tocaba: Harry Potter y el prisionero de Azkaban, ilustrado por el mágico Jim Kay. Aunque frente a sus predecesores encuentro que en este tomo hay menos ilustraciones a toda página, la calidad del trabajo de Kay es alucinante y da calor al corazón reimaginar este inagotable universo. Este año se añade a la colección Animales fantásticos, esta vez ilustrado por Olivia Lomenech Gill, era un libro que por lo menos yo sentía necesario hace bastante: ¿como se manda la JotaKá a hacer una suerte de enciclopedia de animales fantásticos sin sus debidas ilustraciones?

Mención especial en este post merece la colección de Clásicos de Alfagura Infantil y Juvenil. Empezó algo floja, con títulos que de sobra se encontraban en el mercado y sin ilustraciones destacables; sin embargo, la inclusión de María Hesse y Fernando Vicente para las reediciones de Orgullo y prejuicio y Peter pan respectivamente se hicieron sin duda un lugar aquí. Por último, Benjamin Lacombe completó el círculo que abrió en el 2016 con Alicia en el país de las maravillas para publicar Alicia a través del espejo. Cualquier palabra termina sobrando, la historia de Lewis Carroll pedía a gritos que el francés se animara a dibujarla. Y el resultado es una obra de arte.

Por último, no podía dejar de mencionar unos lanzamientos de este año que me quedé con ganas de leer y no pude por falta de tiempo, presupuesto, o eficacia de las editoriales y distribuidoras de mi país. En lo que respecta a ficción, me quedé muy corta y con ganas de leer El ferrocarril subterráneo de Colson Whitehead, La vegetariana de Han Kang —lo he empezado apenas ayer—, Los buenos de Hannah Kent, Pequeños fuegos por todas partes de Celeste Ng, Mitos nórdicos de Neil Gaiman, Comunidad de Ann Patchett, Damas oscuras: cuentos de fantasmas de escritoras victorianas y Temporada de huracanes de Fernanda Melchor.

En lo que a no ficción refiere: Confesiones de una mala feminista de Roxane Gay, Apegos feroces de Vivian Gornick, Prohibido nacer de Trevor Noah y Fugas de James Rhodes. En literatura infantil y juvenil: Mujeres de ciencia de Rachel Ignotofsky y El libro de Gloria Fuertes para niñas y niños. Y para terminar, en novela gráfica, eché en falta a mis Leñadoras.

¿Qué lanzamientos consideran ustedes fueron los libros del 2017? Los leo.